El uso de biopreparados a partir de microorganismos para el control biológico de plagas y enfermedades, y para la fertilización de cultivos de interés comercial, se presenta como uno de los métodos más prometedores para reducir los efectos nocivos del uso indiscriminado de plaguicidas en la agricultura.
El uso excesivo de plaguicidas químicos provoca resistencia en los fitopatógenos, influencia negativa sobre el ambiente y la salud humana, por lo que se impone la implantación de estrategias de control de microorganismos benéficos, como Trichoderma spp., Bacillus spp., Pseudomonas spp. y otros agentes promisorios.
La ventaja de esta opción de control es que representan una alternativa ecológica, respetuosa con el medio ambiente, no contaminante, y que reduce notablemente los riesgos de resistencia de los patógenos. Además, al ser selectivos en su modo de acción, es poco probable que dañen a otros organismos beneficiosos y en muchos casos favorecen al ecosistema y estimulan el crecimiento vegetal (tejeda et al., 2006), a la vez que los efectos sobre la salud humana son mínimos o nulos.
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