Cultivo del Crisantemo Piretro
La acción principal de los insecticidas orgánicos es disminuir el efecto dañino que puedan proporcionar las diferentes clases de insectos a los cultivos y los jardines.
Todos los cultivos agrícolas son sensibles al ataque de plagas, provocando con esto reducción en la calidad y en la producción agrícola, y como consecuencia genera pérdidas económicas para el productor. Para disminuir éstos daños causados por una gran variedad de plagas se utilizan diversos plaguicidas sintéticos, su alto poder residual y el uso indiscriminado de los mismos, ha provocado generaciones de insectos resistentes a estos productos, promoviendo erróneamente mayor demanda de agroquímicos en mayores dosis, haciendo de este problema un riesgo de contaminación exponencial.
En nuestros días, existen nuevas alternativas de formulación de plaguicidas a partir de materiales vegetales obtenidos de plantas que han demostrado tener efecto insecticida y baja residualidad, disminuyendo de esta manera la generación de resistencia.
Lamentablemente, en los tiempos que corren, la publicidad y el mercado que se ha abierto en torno a los insecticidas químicos ha relegado enormemente el lugar que antiguamente tenían los plaguicidas naturales. Esto ha provocado que muchas recetas naturales han caído en desuso e inclusive muchas se han perdido.
Una desventaja que presentan algunos plaguicidas orgánicos es que necesitan más tiempo para poder actuar. En la mayoría su acción no es instantánea, al contrario de los químicos. Por esta misma causa, es importante aplicarlos cuando aparece el primer indicio de la posible existencia de una plaga.
Hay muchos especialistas que defienden el uso de los insecticidas orgánicos o naturales ya que que poseen innumerables ventajas. Por un lado, es una forma inteligente para el cuidado de los cultivos ya que, como bien se sabe, la naturaleza mantiene a las especies en equilibrio.
Si se permite a la naturaleza actuar por sí misma, se obtendrán beneficios sin correr mayores riesgos de desastres ecológicos., por otro lado ofrece sustanciales beneficios económicos, ya que al no someterse a procesos de industrialización, el valor del producto es mas competitivo. En el segmento de la aplicación, igualmente ofrece ventajas ya que su toxicidad es menor con respecto a los plaguicidas químicos.
Al adquirir productos orgánicos, los consumidores mejoran sustancialmente su alimentación y por ende su salud.
Las hojas, las semillas, la corteza y la madera pueden resultar tóxicas para los distintos insectos que amenazan plantaciones, huertos y jardines, por eso son seleccionados para utilizarse como plaguicidas.
Hay que tener en cuenta, acerca de los insecticidas naturales:
Algunas plantas utilizadas hoy día, para la elaboración de plaguicidas naturales
Entre las más importantes encontramos a el Crisantemo piretro, el neem, el chile, el Ajo, el chicalote, la ortiga y el ricino.
Otras plantas y árboles muy utilizados como plaguicidas orgánicos o naturales son: anona, guanábana, madero negro, dalia, ginkgo, buganvillea, espinaca, lavanda, romero, salvia, ruda, ajenjo, manzanilla, albahaca, orégano, menta, tomillo, etc.
Además de plantas en las formulaciones orgánicas encontramos el uso de aceite mineral, leche de vaca o la orina humana y de animales entre muchos otros.
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